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Tratamiento del Trastorno Bipolar

Trastorno Bipolar | Manía | Depresión

El trastorno bipolar se caracteriza por temporadas de excitación e hiperactividad (manía) que alternan con otros de depresión. Antiguamente se llamaba psicosis maníaco-depresiva.

La patología del trastorno bipolar es relativamente frecuente (1% de la población general) y se inicia habitualmente en edades jóvenes de la vida, alrededor de los 30 años. Aunque es un trastorno que tiende a la cronicidad actualmente puede tratarse tanto a nivel de los episodios de exaltación (manía) como la de los depresivos, así como la tendencia a las fluctuaciones con fármacos estabilizadores, que regulan las transiciones de las temporadas maníacas a las depresivas y viceversa.

Estudios recientes indican que los niños y adolescentes también pueden sufrir trastorno bipolar. En niños y adolescentes el trastorno bipolar suele tener un curso más continuo, en vez de episódico, incluso pudiendo manifestarse en algunos casos como irritabilidad o manía crónica. Además, también pueden presentar síntomas psicóticos, sobre todo alucinaciones auditivas. A menudo el trastorno bipolar infantil queda infradiagnosticado o se diagnostica erróneamente, y generalmente sólo los casos más graves reciben atención médica.

El trastorno bipolar es crónico, grave y, a veces, comienza a edades tempranas, por lo que es imperativo que se diagnostique y se trate lo antes posible para evitar una mayor alteración en el funcionamiento social y familiar del paciente.

¿Quién puede desarrollar trastorno bipolar?

Cualquier persona puede desarrollar el trastorno bipolar. A menudo comienza en las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez. Pero también niños y adultos pueden sufrir del trastorno bipolar. Generalmente la enfermedad dura toda la vida.

Causas del trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una enfermedad del cerebro y de causa genética. Suelen existir antecedentes familiares aunque se pueden ver casos esporádicos. Es decir, que en los casos en los que no se encuentran antecedentes familiares no quiere decir que el origen no sea genético. Estas alteraciones en los genes se van a traducir en una alteración en la neurotransmisión de las neuronas. En las fase depresivas aparece una disminución de determinados neurotransmisores (serotonina, noradrenalina y dopamina) y en las fases maniacas aparece un incremento de la actividad de los mismos, sobre todo dopamina.

>Manifestaciones clínicas del trastorno bipolar: Depresión

El cuadro depresivo del trastorno bipolar guarda grandes similitudes con las manifestaciones clínicas descritas para las depresiones unipolares, si bien los individuos con depresión bipolar presentan inhibición e hipersomnia diurna más acusadas que aquellos con depresión unipolar. Asimismo, los episodios bipolares son más cortos (3-6 meses) y frecuentes (media de 2 años) que los unipolares, y responden mejor a los fármacos eutimizantes (fármacos reguladores del estado de ánimo como las sales de litio) que los unipolares.

Manifestaciones clínicas del trastorno bipolar: Manía

El cuadro clínico de la manía en el trastorno bipolar puede tener varias formas, pero por lo general está marcado por lo que se conoce como taquipsiquia, que supone una aceleración general de todas las funciones psíquicas (afectividad, pensamiento, conducta, sexualidad, etc.). Aunque la manía se caracteriza sobre todo por un estado de ánimo desbordante, lábil y patológico, lo más específico es la hiperactividad general, de forma que un paciente puede estar maníaco sin estar eufórico, pero jamás sin tener un punto más o menos acusado de hiperactividad. El inicio más frecuente y constante del cuadro maníaco es el trastorno del sueño, la insaciabilidad alimentaria, el consumo excesivo de tóxicos, la desinhibición sexual, las compras excesivas e innecesarias o los proyectos de trabajo inapropiados.

Tratamiento del trastorno bipolar

En el trastorno bipolar hay que distinguir el tratamiento del episodio agudo del tratamiento de mantenimiento dirigido a evitar recurrencias. El tratamiento del episodio depresivo agudo sigue las directrices habituales para la patología depresiva, si bien con prudencia para no provocar un cambio a un esta maníaco, por lo que la asociación con litio u otro eutimizante es ineludible. Por su parte, el tratamiento de la manía aguda se efectúa con litio, antipsicóticos y en casos muy graves con electroshock. Un 70% de los casos requieren hospitalización, pues la ausencia de consciencia de enfermedad impide la colaboración del paciente y un tratamiento ambulatorio normal. En este periodo la psicoterapia está contraindicada, aunque hay que intentar conseguir una buena relación con el paciente que permita realizar un tratamiento adecuado. El cese de la agitación y la reinstauración del sueño son índices predictores de buena respuesta a la fase maníaca del trastorno bipolar.

El tratamiento de mantenimiento del trastorno bipolar se realiza desde otra perspectiva que el tratamiento del periodo agudo. En este caso, el objetivo se centra en evitar futuras recurrencias. El litio continua siendo el fármaco más eficaz, con un índice de eficacia de alrededor del 75% de pacientes. En los últimos años otros eutimizantes completan la acción del litio (valproato sódico, carbamazepina, lamotrigina, topiramato, gabapentina), aunque con menor apoyo experimental. A menudo hay que combinar dos o más de estos fármacos para conseguir una respuesta favorable. Todos estos medicamentos deben administrarse con control médico muy riguroso, pues no son inocuos, en especial el litio, que debe mantenerse dentro de unas determinadas concentraciones para que no sea ineficaz o tóxico. Aunque la psicoterapia no es eficaz en la propia enfermedad del trastorno bipolar, los programas psicoeducativos, dirigidos a informar al paciente y mejorar el cumplimiento farmacológico son muy útiles.